lunes, 3 de noviembre de 2008

Todos los días son Halloween

82 días sin despacho.

¡Aleluya! ¡Eureka! Hoy nos esperaban en el Ayuntamiento los listados de los Registros de entrada y salida correspondientes a todo el mes de octubre.

Ha sido la señora Secretaria quien, harta ya del tema, ha hecho algo tan sencillo como imprimirlos, utilizando las opciones que SÍ tiene la nueva Aplicación.

La pregunta es ¿por qué, siendo así, nos han tenido en la inopia los dos últimos meses? ¿Por qué un funcionario nos decía que tenía que intervenir el informático para obtenerlos?

*  *  *

Por cierto, ¿de donde ha salido en los últimos años lo de celebrar Halloween como los yanquis?

«Mmmmmm. Puede que dentro de poco, celebremos también el “españolísimo” Thanksgiving Day, o ya puestos, el 4th july, ¿por qué no?»

El título viene a cuento de que, simplemente paseando por las calles de Alpedrete, uno puede horrorizarse todos los días con lo que ve. No se trata de brujas, trasgos, muertos vivientes, vampiros y toda esa caterva de seres malignos y tétricos, (aunque es posible que puedas tropezarte con más de uno, disfrazado de persona normal)

No, hablo de ciertos edificios y construcciones que, como mínimo, denotan el mal gusto y la nula preocupación de sus autores por el aspecto de un pueblo como el nuestro. Y, como máximo, se han realizado saltándose a la torera las normas urbanísticas.

El viernes hablaba del pegote edificio donde se aloja el Servicio de Juventud de nuestro Ayuntamiento.

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Feo de narices, sobresale por encima de las tradicionales casas que le rodean, y ha supuesto una ruptura de la estética de la plaza de la Constitución.

Por supuesto, su altura no encaja en las Normas Subsidiarias (“es un edificio singular” (1) dijo el PP en su día)

Claro que, a lo mejor, lo hicieron así de alto para ser recordados per sæcula sæculorum. Aunque, no sé, no sé. Personalmente no me gustaría que se acordaran de mí y de mis antepasados “de aquella manera” cada vez que alguien pasa por delante.

(1) (Del diccionario de Alpedrete) Edificio singular. Dícese de un edificio construido o autorizado por el PP, cuando en sus dimensiones, ubicación, etc. se han hecho mangas y capirotes de las normas urbanísticas.

Pero en realidad no quería volver hoy todavía sobre el edificio del Centro de Juventud (lo haré en su momento) sino hablar de otra cosa: se trata de la construcción en curso de un balcón (por llamarlo de alguna manera) en la calle Real 7 bis.

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Observad, observad. La grácil filigrana de las graciosas escuadras metálicas en las que se apoya… Sus homéricas dimensiones… Advertid como su estética se integra armoniosamente en la piedra del edificio que lo sustenta…

¿Se trata de otro “edificio singular”? Pues no lo sé. Pero lo averiguaré y os lo contaré. Prometido.

*  *  *

Cuando el Ayuntamiento concede a alguien una licencia de cala (permiso para hacer una zanja, para entendernos) le impone una serie de condiciones, y la más lógica es que deje todo más o menos en el mismo estado en que estaba antes de comenzar a hacer el agujero. Le pide una fianza que garantice que la zanja se tape en condiciones, fianza que le devolverá… en la práctica tarde, muy tarde. Y se supone que un técnico se pasará a verificar que todo haya quedado como es debido, aunque en la práctica intuyo que esto no debe ser así, o al menos no en todos los casos, porque ya me contaréis: un arquitecto y un aparejador a ratos, difícilmente pueden disponer de tiempo para vigilar las mil y una calas que se abren casi cada día.

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¿Sabéis quién abrió estas zanjas en la plaza de la Constitución y las dejó en el estado que podéis ver en la foto?

El Ayuntamiento de Alpedrete.

A esto se le conoce popularmente como “la ley del embudo”.

*  *  *

Que Alpedrete está sucio, es algo que cualquiera ve con solo apartarse del “cogollo” del pueblo que, ese sí, recibe a diario la visita de operarios de la empresa concesionaria, que lo barren a pie.

¿Debería ser de otra manera? Sí, si hubiera voluntad de algo tan simple (¿o tan complicado?) como hacer cumplir a la empresa concesionaria las bases en virtud de las cuales se le adjudicó el contrato.

En dichas bases se dividió el pueblo en zonas, y para cada una de ellas se especificaba qué operaciones de limpieza debían realizarse, y con qué periodicidad.

Plano limpieza

Por ejemplo, para la zona 2, limitada por la avenida de Los Canteros, la M-619 y el Camino del Calvario, entre otras calles, el pliego de condiciones indica que debe barrerse lunes, miércoles y viernes a pie. (¡Jajajajaja!, perdonad que me ría)

Esta concesión se hizo casi al final de la legislatura en la que fue alcalde mi compañero Isidoro Aragoneses, que no tuvo materialmente tiempo de nada después, porque enseguida llegaron las elecciones de 2003, y el PP inició su desgobierno, que dura hasta la fecha.

¿Y qué pasó? Lo primero, que las bases daban un plazo corto al adjudicatario para disponer de una nave en la que ubicar su oficina y guardar el material, donde sus operarios pudieran cambiarse de ropa, etc. antes de comenzar a prestar el servicio.

Esta obligación fue negociada por el PP. A cambio de dar “cuartelillo” temporal a la empresa concesionaria, ésta construyó dos naves, una para sí, y otra para el Ayuntamiento. No fue mala gestión del todo (aunque en su día criticamos sobre todo la forma en que se había realizado) porque ahora nuestro pueblo dispone de un almacén municipal nuevo, pero estableció un peligroso letal precedente: el de que las condiciones de la concesión son negociables.

Y deben haberse negociado, aparentemente, porque se está consintiendo a la empresa concesionaria que haga lo que se le pone en los… camiones. Lo explicaré:

En su oferta, la empresa concesionaria tradujo estas operaciones a horas. Un suponer: limpiar la zona 2, xx horas mensuales.

¿Qué sucedió? Pues que ahora dicen que “están cumpliendo con las horas comprometidas”. Incluso esto, en mi opinión, es dudoso, (y el Equipo de Gobierno no ha establecido, que yo sepa, ningún control para verificarlo) pero es que han llevado el asunto al terreno que les interesa, y nadie les dice nada.

El pliego de condiciones imponía operaciones, no horas. Repito: la zona 2 se barre lunes, miércoles y viernes a pie, y la empresa dice que “ya cumple las horas”. El pueblo sucio, y el concejal de la cosa, tan tranquilo.

¿Que con las horas que la empresa imprudentemente calculó no le llega para barrer la zona 2 a pie todos los lunes, miércoles y viernes? Pues eso significa que calculó mal, pero ese es su problema. El nuestro es (o debería ser) exigir que se barra a pie la zona 2 todos los lunes, miércoles y viernes, le cueste 20 ó 200 horas a la empresa concesionaria, porque eso es lo que figuraba en el pliego de condiciones.

Este fue un tema recurrente que yo personalmente sacaba a relucir en todas las sesiones de control al gobierno en los plenos. Primero me respondieron lo de las horas (¡lo había asumido el Equipo de Gobierno!) pero finalmente, la propia señora Alcaldesa dijo de convocar una reunión de portavoces para decidir sobre el tema “porque pensaban que nosotros podíamos tener razón”.

Han pasado dos años, creo recordar. La reunión no se ha celebrado, la empresa concesionaria continúa haciendo de su capa un sayo, el Equipo de Gobierno no dice ni “mu”…

Y Alpedrete sigue sucio.

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