Nuevo orden del día para el pleno del jueves.

 

En la tarde de ayer recibí en mi domicilio la citación para el pleno que se celebrará el próximo jueves, en la que pude advertir que se habían añadido dos puntos al orden del día, que queda como sigue:

...

2. Tarifas taxi 2009.

3. Regulación de instalaciones municipales "Dehesa Boyal".

4. Estación de los Negrales.

...

Una vez más, tengo que repetir lo que ya he escrito en estas páginas: que la costumbrita de incluir temas por sorpresa con 48 horas de antelación a la celebración de un pleno, dificulta a los grupos políticos de la oposición realizar la parte de su trabajo relativa a la formulación de votos particulares (que se realizan en las Comisiones Informativas, ya celebradas el pasado miércoles) así como la de redactar enmiendas para su presentación en el propio pleno.

Una reunión me ha ocupado mucho tiempo esta mañana en el Ayuntamiento, y no me ha sido posible obtener la documentación sobre lo de la "Dehesa Boyal". Pero una compañera de mi grupo sí lo ha hecho, de manera que os lo contaré mañana.

*  *  *

Participación ciudadana.

Cada grupo político, dependiendo de su ideología, (también en algunas ocasiones de la idiosincrasia de las personas que lo componen) puede tener distinta opinión sobre el significado de la frase que titula este tema; por cierto, elemento muy  "socorrido" al que hacer mención en los programas electorales.

En la legislatura pasada, preguntamos en el trascurso de un pleno qué acciones estaban realizándose en este terreno por parte del equipo de gobierno del PP.

La respuesta nos dejó "ablallaos" (que decía un jefe asturiano que tuve que, curiosamente, recuerdo con mucho cariño) Y es que la réplica se limitó a relacionar exhaustivamente las reuniones mantenidas con las Comunidades de Propietarios de las Urbanizaciones, y poco más.

Hablemos de participación ciudadana, pues.

La participación ciudadana es bastante más que reunirse para escuchar magnánimamente a los Presidentes de Comunidad de las Urbanizaciones.

Participación es fomentar la creación de asociaciones ciudadanas, no importa de qué tendencia política ni finalidad, como medio de conocer de verdad la voz de la calle sobre el estado de nuestro pueblo, la opinión de los vecinos sobre las acciones de gobierno, y también atender a la materialización de sus aficiones -dicho sea lo de "aficiones" en un sentido muy amplio-.

Pero las asociaciones no nacen de la nada de la forma en que aparentemente lo hacen los níscalos; son más bien como flores, que precisan de un terreno favorable para brotar y desarrollarse, y que hay que regar y cuidar con mimo para asegurar su supervivencia.

No cabe la menor duda de que la acción de gobierno puede resultar más incómoda teniendo enfrente al lado a un conjunto de vecinas y vecinos que critican nuestras acciones y nos "sacan los colores" de vez en cuando. Pero, al mismo tiempo, se trata de una oportunidad impagable de poder advertir nuestros errores, rectificarlos, y tomar medidas para que tales errores no se reproduzcan en lo sucesivo.

El tipo de asociación "cómoda", formada por personas que únicamente alaban las decisiones de aquellos a los que han votado, dará menos problemas y engordará nuestro ego, sí, pero nos aportará muy poco o nada. Y siempre, el político que presta su oido de verdad a los vecinos y vecinas, aprenderá mucho de ellos y será un poco mejor, no únicamente en su trabajo, sino como ciudadano e incluso como persona, esa es mi opinión.

Utilizaba el símil de "regar y cuidar con mimo" para tratar de representar con él algo que es imprescindible para que una asociación ciudadana no sea "flor de un día". Y es que este tipo de asociaciones nacen cuando hay un grupo de vecinas y vecinos con inquietudes, que quieren participar en la vida de su pueblo, y que normalmente están llenos de ideas nuevas. Algunas serán imposibles de realizar en la práctica; de otras, obtendremos iniciativas en las que no habíamos pensado, que sería muy bueno atender y aplicar.

A lo que voy, es a que no se le puede pedir a nadie que, además de invertir su tiempo libre en este tipo de actividades, ponga demasiado dinero en ello. Un Ayuntamiento, por tanto, si de verdad quiere fomentar este tipo de participación, tendrá que, como mínimo, dotarla de espacios públicos en los que puedan reunirse; y subvencionar en la medida de lo posible sus actividades, porque de lo contrario cundirá el desánimo, y desaparecerán.

A veces, los vecinos y vecinas no desean unirse a otros y formar una asociación. Quieren estar informados de las cosas que ocurren y se hacen en su pueblo, y desean hacer llegar a quienes les gobiernan sus iniciativas y críticas como personas individuales. E incluso desean conocer, no solo las realizaciones y proyectos del gobierno municipal de turno, sino también las iniciativas y propuestas de los grupos de la oposición.

Esto se puede hacer de muchas formas: primero, es posible que algunas de estas personas, si se les facilita el hacerlo, asistan a los plenos de la Corporación. Además, probablemente querrán que, al final de dichos plenos, se les permita hacer uso de la palabra.

Están también los buzones de sugerencias y quejas, aunque este medio es frío e impersonal. Y cuando se establece, debe asegurarse que, primero, se revisan a diario, y segundo, todos los escritos que en ellos se depositan se responden a la mayor brevedad. Positiva o negativamente, pero se contestan. De otro modo, tales buzones se convierten en inútiles y no siempre estéticos elementos del mobiliario urbano.

Y, ya que hablo de los tales buzones digo, como anotación al margen, que recibo casi regularmente la visita de un vecino que se queja de que las misivas que deposita en el buzón situado en el edificio de Juventud, pues allí suelen seguir al cabo de una semana o más.

Hay una forma de asociacionismo ciudadano "informal" con tradición en nuestro pueblo: las "peñas". Una de estas peñas debe ser algo más que un grupo de personas que se reúnen durante las fiestas patronales, y llenan de colorido nuestras calles. Y este "algo más", debe consistir en darles voz y fomentar su participación en la formación de los programas de festejos. No invento nada, porque existió en Alpedrete, y se dejó morir (¿o se mató?) Me refiero a las comisiones de festejos.

Hasta (pura utopía hoy por hoy) pienso que sería deseable que algún día los ciudadanos participaran en la confección de los presupuestos, opinando e incluso decidiendo sobre en qué desean que se gaste (al menos en parte) SU dinero.

Veréis. Cuando me senté esta tarde ante mi ordenador dispuesto a redactar una nueva entrada en este blog, estaba recordando a la Asociación de Amas de Casa de Santa Quiteria, a la Asociación Cultural El Molino y su Festidrete, a las Juntas Directivas de los Hogares de Mayores, a la Comisión de Fiestas de Los Negrales... todas ellas fulminadas en la última legislatura y pico que lleva gobernando el PP en Alpedrete. Y entonces, no sé muy bien por qué, me vino a la memoria algo que me sucedió recientemente. Fue cuando participaba en una de las mesas de noviembre pasado, en las que tratábamos de informar a los vecinos sobre el incremento del Impuesto de Vehículos.

Me acerqué a un ciudadano, le tendí la hoja informativa que habíamos preparado, y le expliqué brevemente de qué se trataba. Él me devolvió el papel con una sonrisa, y me dijo algo parecido a:

"Gracias por su información, pero agradecería más que, en lugar de contarme lo que el PP está haciendo mal, alguna vez me dijeran cómo lo harían ustedes si gobernaran".

Después de agradecer públicamente a ese vecino sin nombre que me hiciera reflexionar con sus palabras, le digo que, en lo tocante a participación ciudadana, lo que acabo de escribir es mi nuestra versión de lo que haremos en la próxima legislatura, con un/a socialista al frente del gobierno municipal.

Está en el programa con el que concurrimos a las pasadas elecciones municipales. Y estará en el siguiente, no me cabe la menor duda.

Porque nosotros SI creemos en la participación ciudadana.

*  *  *

Como no me duelen prendas...

Esta mañana me telefoneó una de mis hijas cuando se iba a trabajar a primerísima hora, y me dijo (vive en el centro de Alpedrete) que las aceras estaban intransitables debido a la nevada caída anoche.

Entonces me acordé de otra nevada, -creo recordar que cayó un sábado del pasado invierno-, en la que el lunes siguiente (esto es, dos días más tarde) aún había hielo en las aceras de la mismísima calle Real, por poner un ejemplo.

De manera que un rato después me calcé mis botas, y me fui para el Ayuntamiento. Y me encontré una agradable sorpresa: las aceras limpias, y la sal visible todavía sobre ellas.

¡Vaya!, habría sido aún "más mejor" que también hubiera llegado la sal a las urbanizaciones del extrarradio, pero...